Biodiversidad y territorio
El ser humano es completamente dependiente de la biodiversidad. Proporciona recursos como agua, aire limpio, alimentos, medicinas y recreación, y ayuda a mantener un clima estable.
Lamentablemente, estamos enfrentando una grave crisis conocida como la sexta extinción masiva, donde la tasa de extinción de especies es alarmantemente alta y está ocurriendo a un ritmo mil veces más rápido que el natural. Los principales impulsores de esta destrucción ambiental, como el cambio de uso de suelo, la contaminación y el cambio climático, están empeorando aún más la situación. En este punto, tanto la naturaleza como el bienestar humano están en peligro.
En el contexto europeo, la huella ecológica y la gestión de los recursos naturales distan mucho de ser sostenibles. La falta de financiamiento adecuado y la débil aplicación de la legislación medioambiental han permitido la destrucción de la biodiversidad. Además, a pesar de ser un recurso común, su valor no se refleja adecuadamente en los procesos de participación pública ni se integra de manera transversal en las políticas. Los responsables políticos deben poner la biodiversidad en el centro de los debates y las políticas.
Hasta ahora, el debate sobre la pérdida de biodiversidad se ha centrado en la conservación de especies y en algunos lugares naturales, a menudo enfocándose en especies animales icónicas, separándolas de las personas y la sociedad. Esto ha llevado a acciones poco efectivas, a pesar de invertir grandes recursos en casos específicos. Es crucial adoptar un enfoque ecosistémico, reconocer que los problemas son conflictos humanos relacionados con el uso del territorio y requieren, por tanto, el uso de herramientas de las ciencias sociales para abordarlos. Todo ello ha restringido el atractivo de la conservación de la biodiversidad a un sector social reducido y teniendo escasa comprensión política, salvo por escasas especies bandera, que dejan fuera la mayor parte de la biodiversidad. Integrar al ser humano en nuestra visión de la biodiversidad es fundamental.
Además de la amenaza conocida de la pérdida de especies y hábitats, nos enfrentamos a un nuevo peligro: la “financiarización de la naturaleza” y la mercantilización de la biodiversidad. La idea de ponerle un precio a la naturaleza y comercializar especies, hábitats y ecosistemas, considerándolos intercambiables, es un error técnico y científico grave, y carece de enfoques de justicia social.
Desde Amigos de la Tierra, proponemos:
Rechazamos la privatización de la biodiversidad
Rechazamos cualquier mecanismo que impida a las comunidades locales y pueblos indígenas su uso y protección. Valoramos las prácticas culturales tradicionales y sostenibles, así como el conocimiento acumulado por estas comunidades a lo largo de siglos. También denunciamos que la naturaleza es insustituible y que los daños causados en un lugar no pueden ser compensados en otro.
Buscamos la prevención en el fomento de cualquier obra o política que impacte la biodiversidad
Evitando, anticipando, previniendo y abordando las causas de la pérdida de biodiversidad o sus amenazas. La naturaleza no solo se protege en los Parques Nacionales, sino también en los campos o en las ciudades.
Tratamos la conservación y restauración desde un enfoque ecosistémico
Reconociendo que la biodiversidad no se limita a especies específicas, sino que comprende un conjunto de especies, relaciones y procesos interdependientes. Es fundamental integrar al ser humano en esta visión de la naturaleza, ya que somos parte integral de ella.