Movilizar, resistir, transformar

Análisis del acuerdo del clima: la firma de un acuerdo sin compromisos

Desde Amigos de la Tierra consideramos el Acuerdo de París una farsa. Seguramente coincidirás con nuestra apreciación si piensas que un acuerdo contra el cambio climático, para considerarse un éxito, tiene que contener las herramientas necesarias para frenar el calentamiento, y si no, no sirve, por mucho que lo hayan firmado todos los países. Esta visión coincide con la de los principales científicos del clima que se han pronunciado sobre el acuerdo. A continuación resumimos con detalle nuestra interpretación.

.

…………………………………………………………………………………………

Tira y afloja en el proceso

En borradores anteriores a la aprobación del texto final durante la cumbre, había referencias mucho más robustas a los derechos sociales, así como a un acuerdo ambicioso; de hecho, hasta el penúltimo borrador había plazos temporales y objetivos concretos de mitigación, reducción de emisiones de CO2, referencias a la descarbonización de la economía y a la erradicación de los combustibles fósiles. Desde dentro Amigos de la Tierra ha observado cómo las exigencias de países como Arabia Saudí conseguían eliminar estas herramientas vitales.

Las negociaciones no contemplaron un acuerdo hasta el final. De hecho el texto que presentaron como definitivo no lo era. En el último minuto, con todos los participantes esperando en el plenario, Estados Unidos presionó y consiguió rebajar una mención a los países industrializados: de “deberán” a “Intentarán”. Es decir, se rebaja el grado de obligación de los países ricos a la hora de emprender acciones.

…………………………………………………………………………………………

Los derechos sociales a la basura

Un acuerdo justo, ambicioso y vinculante debería recoger varios elementos relacionados con los derechos universales: reconocer la perspectiva de género en el reto climático, reconocer los derechos humanos y, por tanto, el reconocimiento de los derechos de los desplazados y refugiados climáticos y ambientales; finalmente tendría que reconocer la transición justa para los trabajadores del viejo modelo energético hacia puestos de trabajo dignos en la economía sostenible.

Todos estos puntos se han salido del texto, nuevamente por presiones de países que no reconocen acuerdos internacionales como la Carta de Derechos Humanos. Significa a su vez que los países que se dicen más progresistas y garantes de los derechos sociales han cedido en lo que deberían ser líneas rojas.

.

…………………………………………………………………………………………

¿Es un acuerdo histórico?

Solamente los negociadores que han sufrido 8 años de negociaciones técnicas con varapalos muy duros y finales agónicos podrían decirlo, no es el papel de las ONG el calificarlo de histórico. La clave de haber puesto de acuerdo a pequeñas islas sin recursos que ya se han quedado sin agua potable con grandes potencias que defienden con uñas y dientes el carbón o el libre comercio sin cortapisas relacionadas con la regulación ambiental, es si el acuerdo es suficientemente vacío.

…………………………………………………………………………………………

¿Es realmente vinculante?

Cualquier acuerdo de Naciones Unidas que apruebe un país lo es por su propia naturaleza. Pero la mayor parte de los elementos del acuerdo son voluntarios o contienen cláusulas para dejar a la libre disposición de los países. Así, solamente la parte de revisión, comunicación y transmisión de la información a la Convención de naciones Unidas es obligatoria. Pero lo que se comunique como compromiso de acción climática queda a la decisión de cada país.

La razón por la que esta vinculación legal es débil radica en la pugna entre Estados Unidos y China, que llevan años poniendo trabas al acuerdo dado que se exigían mutuamente responsabilidades en la reducción de emisiones. Estados Unidos finalmente ha decidido presentar contribuciones voluntarias en la reducción de emisiones, a cambio de que China pase por el aro con un mecanismo de medición de las emisiones transparente y universal, pero que en el acuerdo sale como “flexible”. A cambio, los objetivos de reducción de emisiones no son legalmente vinculantes para evitar que un congreso estadounidense de mayoría conservadora y negacionista rechace la ratificación del acuerdo tal y como le pasó a Clinton con Kyoto.

…………………………………………………………………………………………

Objetivo global de emisiones: la era de los combustibles fósiles en pleno apogeo

El acuerdo de París reconoce efectivamente la necesidad de quedarse muy por debajo de los dos grados y hacer esfuerzos para quedarse por debajo del 1.5. Ya podían reconocer directamente el 1.5. Sin embargo, en cualquier caso es un objetivo vacío porque los países renuncian a pronunciarse sobre objetivos concretos de reducción de emisiones en plazo y cantidad. Mientras el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC ) o la Agencia Internacional de la Energía, AIE, son claras en la ruta de reducción de emisiones, reducir en un 80% las emisiones para 2050, el acuerdo pasa de hablar de opciones de descarbonización o erradicación de los combustibles fósiles a hablar de “equilibrio entre emisiones antropogénicas y sumideros” para la segunda mitad del siglo. Esto asume explícitamente que vamos a seguir emitiendo y a la vez vamos a confiarnos a la capacidad de absorción de bosques, suelos o a tecnologías que no sabemos si tendremos. Como observadores hemos contemplado como la presión de la dictadura de Arabia Saudí, tras la cual se escondían Argentina (fracking), Sudáfrica (carbón), y la europea Polonia (carbón) han destruido las opciones que tenían algo de ambición.

Por su parte las contribuciones que cada estado ha remitido a Naciones Unidas se revisarán demasiado tarde, en 2023 con un asesoramiento previo en 2018. Esto es muy grave por varios motivos: 1) Las contribuciones no son de obligado cumplimiento, ni el contenido está alineado necesariamente con la responsabilidad histórica de los países emisores ni su capacidad de reducción; 2) Las contribuciones estatales que se han presentado, superarán según la valoración más optimista de Naciones Unidas los 2.7ºC de aumento medio de la temperatura de la Tierra. Considerando los plazos de revisión para que los países presenten planes de reducción aún más ambiciosos (si quieren) es 2023, nos sitúa en un escenario muy pesimista. Incluso si los INDC se cumpliesen a la perfección, el nivel de emisiones a la atmósfera de estos 8 años habrá sido de tal magnitud que lo que se tenga que presentar en 2023 de nuevo sería una reducción tan drástica de las emisiones (según la ciencia, no el acuerdo de París) que sería totalmente irreal para cumplir con la meta de 1,5ºC.

…………………………………………………………………………………………

Alcanzaremos el pico de emisiones…

… “lo antes posible”. La frase está sujeta a interpretaciones y condicionantes de todo tipo, y a buen seguro los habrá para priorizar el crecimiento de la economía o la dependencia del petróleo y justificar que las emisiones sigan creciendo. La ciencia, entretanto, recomendaba el pico de emisiones para este año.

…………………………………………………………………………………………

¿Por qué el acuerdo no llama al fin de los combustibles fósiles sino todo lo contrario?

Un sinfín de medios de comunicación, instituciones y diferentes organizaciones ha catalogado el acuerdo de éxito y han dado a entender que empezaba el fin de los combustibles fósiles. No es así. El texto contuvo una vez opciones que mencionaban la descarbonización de la economía y el final de los combustibles fósiles, pero la presión de los países con reservas lo dejó en lo que es ahora: una carta blanca al incremento de la emisión de gases de efecto invernadero. Carece de objetivos específicos y da pie a que los países puedan seguir emitiendo hasta la segunda mitad de siglo sin establecer un horizonte temporal para anular las emisiones, ni la cantidad indispensable de las mismas a mitigar.. Y de paso, deja sin vigencia todo el artículo 2.

…………………………………………………………………………………………

Financiación: cifra arbitraria, insuficiente y con precedentes de incumplimiento

Aunque en la práctica no tiene implicaciones, no es el acuerdo de París la que recoge un compromiso concreto de financiación sino la decisión de la COP. En esencia lo aprobado asienta como base los 100.000 millones de dólares anuales aprobados en Copenhague para incrementarse todo lo posible. ¿Cuáles son los problemas?:

No es adicional a la ayuda oficial al desarrollo. En un momento dado sí se consideró en el texto pero desapareció al final. Se trata de una carta verde a la doble contabilidad. La financiación climática es para asegurar el desarrollo sostenible de los países sin quemar petróleo, es decir, instalando energía limpia.

100.000 millones de dólares es una cifra arbitraria. Se impuso en Copenhague como compromiso de última hora para salir del atolladero de las negociaciones y salvar la cumbre. No corresponde a ningún criterio técnico de mitigación y adaptación. Cualquier flujo financiero especulativo, guerra o rescate cuesta 10 veces más. El criterio de Amigos de la Tierra de asumir las responsabilidades históricas y de acuerdo a la capacidad económica estima que solo la UE debería estar suministrando 100.000 M de euros anuales a los países empobrecidos.

• Ya que nos han defendido este resultado como un avance del acuerdo sobre todo por considerar esta cifra como la base que tiene que crecer, hay que recordar que los 100.000 millones se acordaron legalmente y no se han cumplido: de esa cifra solo se ha comprometido en realidad el 10% y la mayor parte de los fondos no se han transferido a Naciones Unidas.